Artículo publicado en El imparcial
El Hormiguero, programa de actividades varias que la cadena de televisión Cuatro emite de lunes a viernes y que al cierre de la temporada sumaba su número doscientos. A simple vista, un simple programa. Pero... ¿A qué debe su éxito? ¿Cómo una programa basado en pequeñas "actions" se emite temporada tras temporada en horario prime time e incrementado su tiempo?
Me atrevo a decir, desde mis escasos conocimientos en psicología, que puede deberse a esta nueva forma de comportamiento que nuestro cerebro viene adquiriendo: multitarea. El multitasking, el pasar de una tarea a otra de modo casi frenético. A poco que fijemos nuestra atención, El Hormiguero es un programa en el que se suceden actividades de lo más variadas de forma continua y a las que se dedica un escaso período de tiempo. De hecho, seguro que triunfa en los jóvenes -nuevas generaciones multitarea, multimedios, multidispositivos- y a los mayores les es indiferente y extraño.
Copio una cita que recogí en mi breve informe sobre e-learning 2.0: "Linda Stone habla de “atención continua parcial” refiriéndose a la forma en que utilizamos nuestra atención, a la realidad de que cada vez con más intensidad prestamos atención continuamente y pasamos así de una tarea a otra o de un objeto a otro, lo que conocemos como multitasking o multitarea. Esta especie de actividad frenética nos devuelve la sensación de estar siempre activos y conectados, nos hace creer que no olvidamos nada, que estamos en todo y con todos: “Y lo más interesante del concepto es que esta sensación de crisis que nos hace prestar Atención Parcial Continua nos lleva a crear un estilo de vida de personas siempre conectadas, ’semi-sincronizadas’ e informatizadas. Es la materia prima de las nuevas generaciones de hardware, software, dispositivos móviles, tarifas planas de conexión Internet y móvil; y de los entornos denominados Web 2.0. Y comienzan a consolidarse marcas como Blackberry, iPhone, Skipe, Twitter, GTalk..” (Post "La Atencion Parcial Continua, el nuevo software y la Web 2.0", 12/01/2008, Eduardo Paz).
Una serie de la cadena Telecinco, La que se avecina, se sirve del mismo tiempo discursivo. Los planos cambian estrepitosamente siendo de duraciones que oscilan entre los 2 -a veces el casi imperceptible 1- a los 4 ó 5 segundos. Y no sólo eso. Los diálogos se suceden casi solapándose, no existe el silencio. Si observamos otro espacio de esta cadena, Camera Café encontramos la solución visual de un plano y un espacio fijo, pero en ella continuamente entran personajes que se mueven de modo casi eléctrico y en sus diálogos no dan respiro a nuestros oídos. Es una mezcla de mutitarea y superatracción en donde no es posible distraerse porque en cada momento de su reproducción algo está sucediendo ante nosotros: planos, personajes, diálogos... sin descanso.
Volviendo a las teorías del aprendizaje, las nuevas tecnologías, y concretamente Internet, pueden estar afectando a la forma en que las personas asimilan la información. En su post “El aprendizaje de la era actual (Zeitgeist): el futuro de la educación es ’just-in-time’, multidisciplinar, experimental, emergente”, Fernando Santamaría nos habla de la fragmentación de la información que se da en Internet y como el usuario se ha acostumbrado fácilmente a ella: La gente aprende mejor de piezas de información fragmentadas, tal como la Web no lineal hiperenlazada que de narraciones lineales.
Quizás sea osado plantear que estas nuevas recetas televisivas deben en parte su éxito a la especie de metamorfosis que nuestro cerebro viene desde hace pocos años experimentando. Y quizás no sea un cambio, sino sólo el surgimiento de un método innato que permanecía agazapado y mutilado tras siglos de encasillamiento, épocas completas y duraderas en las que el poder instaurado y los escasos avances tecnológicos no ha dejado paso al libre discurrir de la más intrínseca condición humana: su capacidad de adsorber, asimilar, modificar y producir conocimiento.
Algunas investigaciones sobre este fenómeno han obtenido resultados un tanto pesimistas de tal forma que resuelven que “La multiplicidad de tareas hace que uno avance más lento, y multiplica la posibilidad de cometer errores", opina David E. Meyer, científico y director del Laboratorio para el Estudio del Cerebro, la Cognición y la Acción de la Universidad de Michigan. "Las interferencias y las interrupciones aminoran la capacidad de asimilar información.” (El Pais.com, La multitarea, rival del rendimiento, 06/04/2007).
Creo que sólo es cuestión de tiempo, que las nuevas generaciones estarán más preparadas para ello y sus cerebros despertarán y se acostumbrarán a atender varias tareas simultáneas con similar valor de respuesta. En la generación que viene, mi impresión es que la preparación para la multitarea es mucho más acusada, y desarrollada desde la más tierna infancia. No me resulta en absoluto molesto que mis alumnos, a los que invito a llevar el portátil a clase, lean su correo o noticias en su agregador mientras me escuchan, y he comprobado en muchas ocasiones que son perfectamente capaces de hacer preguntas interesantes o contestarlas mientras lo hacen. ¿Deberíamos revisar las convenciones sociales para adaptarlas a la realidad de una multitarea cada vez más habitual? (La multitarea y la mujer del César, Blog de Enrique Dans, 06/12/2007)
Mientras lees estas letras, ¿has hablado por teléfono?Dejemos que nuestro cerebro crezca. La televisión, medio audaz sin competencia, sabe que algo hay de verdad en todo esto.
Montse Fernández Crespo
25/07/08
domingo, 27 de julio de 2008
Televisión al más puro estilo multitasking
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