martes, 19 de junio de 2007

Pacto1, pacto 2, pacto 3... etcétera


Como bien ilsutra Rodera en el ADN de hoy, tras las Elecciones Municipales hemos entrado en un largo período de idas y venidas en las que se negocia por el pacto más provechoso.

Coalición Canaria, depués de enseñarnos su mejor cara, no nos sorprende aliándose con el PP. Los motivos: además de las compensaciones políticas y económicas, armonía liberal y conservadora, seguro.

Otro pacto complicado es el que se baraja en Navarra. PSOE, NaBai, UPN, PP... Y yo como afirmo que mejor "siempre a la izquierda", si hay pacto que sea con NaBai. ¿Alguien razonble montaría luego en cólera? Los que lo vayan a hacer, lo harán con cualquier otra excusa. Por eso, confío en que aquí si prosperen las negociaciones entre ambos partidos y que UPN se quede en casa (salvo que quiera volver a sacar las banderas a la calle).
Imagen: Rodera en ADN

4 comentarios:

Pache dijo...

Ese "siempre a la izquierda" ¿significa que es mejor la mala izquierda que la buena derecha? ¿Es mejor votar a una izquierda que recorte libertades que a una derecha que las garantiza y ofrece progreso real?

Si la izquierda se equivoca, ¿no importa porque es de izquierdas? Y al contrario ¿no valen los aciertos de la derecha por venir de quien vienen?

Montsefc dijo...

Significa que yo sí tengo claras las diferencias entre ambas ideologías.

Y aceptando que todos nos equivocamos, prefiero que el error me pille en este lado.

La derecha da cobijo -aunque intente disimularlo según le convenga - a doctrinas e idearios con los que nunca estaré de acuerdo. Nunca.

Pache dijo...

Ese planteamiento reduce la democracia a una cuestión ideológica y por se queda en algo teórico.

En la práctica supone lo que ha supuesto siempre: que a la izquierda la realidad no le va a estropear una buena teoría.

Si Zapatero dice que es socialistas y que va a aplicar un programa de izquierdas, poco importa lo que haga en realidad. Ya puede coger el dinero del fondo de reserva de la seguridad social (con lo que nos pagarán las pensiones) y especular con él en bolsa, que como se define de izquierdas, será aceptable. Por supuesto, si lo hiciese la derecha sería jugar con el dinero de los pobres para hacerse rico y favorecer a los especuladores.

Por otra parte, al ser teórico y no práctico, si se consigue estereotipar ambas ideologías de una manera tendenciosa, se garantizarán los votos. Así, la izquierda apoya a los trabajadores, reconoce derechos y la diversidad, está con el pueblo y odia a los especuladores. Sin embargo, la derecha solo favorece los intereses de los ricos, es homófoba, racista y probablemente también xenófoba. Solo busca su interés y no el de los pobres.

Con esas premisas es muy fácil decantarse. Pero todo eso es mentira.

Solo la observación de la realidad y la conciencia crítica pueden desvelar el engaño. El encasillamiento en una ideología hace perder la perspectiva.

Montsefc dijo...

Las diferencias entre la izquierda y la derecha, aunque en aspectos económicos puedan parecer tenues, siguen y seguirán existiendo.

Y no son utopías. La derecha es síntoma de ricos, de xenófobos, de homófobos, de escasez de libertades y de un liberalismo económico salvaje.

Observo la realidad y veo como Rajoy (MariaNO)apoya la actitud de los hermanos gobernantes radicales de Polonia con tal de criticar la actividad de Zapatero (por más que su homólogo francés Sarko, la considere valiosa y hable de un eje alemán-francés-español-portugués en Europa).

Y leo las portadas de hoy de El Mundo y La Razón -sinrazón- y las comparo con las de El País. Y me doy cuenta de que aquellos hacen periodismo político de cocina - de andar por casa barriendo a Zapatero a toda prisa-, de volver a ETA, al diario Gara, al Papa y demás vehículos de ideología sectaria en contra del Gobierno. Pena que sus lectores desconocerán siempre lo que realmente ocurre en el mundo - salvo Roma y EEUU-.

Tengo bien claro que soy de izquierdas, socialista hasta la médula. Tú tienes la tuya, se te nota, con tu observación de la realidad y tu conciencia crítica.

Y si algún día me viera obligada a cambiar mi voto, jamás al PP se lo daría.